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La Escena Musical en Xela

Por: Sergio de León

No es una novedad que ser músico en Guatemala es un oficio difícil, especialmente para aquellos y aquellas que apuestan por una propuesta original. Existe aún cierto estigma social y muy conservador por ejercer tal profesión. Puedo asegurar, sin embargo, que todas las carencias en nuestra incipiente “industria musical” no han sido obstáculo para que una interesante escena musical esté floreciendo en ésta ciudad y sus alrededores, lo cual no solamente me da esperanza sino también me resulta muy admirable por parte de quienes continúan ese camino sonoro y lírico en el cual pocos alcanzan el éxito y reconocimiento merecidos.

Considero que es necesario apuntalar algunos aspectos de nuestra actual escena musical, que por cierto ya no es tan incipiente y que -a opinión muy personal- siempre está en riesgo de estancarse y morir, no por falta de creatividad o propuestas originales sino más bien por ausencia de incentivos que permitan y faciliten la labor creativa de muchos músicos y bandas emergentes. En primer lugar, hay suficientes bandas como para crear un movimiento más sólido y enérgico, pero los movimientos están formados por varios actores más, como el público, los medios de comunicación, la iniciativa privada con y sin fines de lucro y las instituciones públicas dedicadas a la promoción de la cultura.

Si de verdad queremos convertir nuestra producción musical local en una plataforma artística, en un pulso musical vivo, debemos encontrar las alianzas entre todos estos actores y arriesgarnos apostando por el presente y futuro de muchos artistas que tienen en verdad algo muy bueno que ofrecer. Considero que cada vez hay mayor apertura a nuevas propuestas, si comparamos nuestro presente con la situación de hace unos 5 años en el pasado, todo se ha facilitado por el uso masivo de redes sociales. Entonces, los y las artistas están logrando difundir mejor su obra, sea de la disciplina que sea, pero es necesario también que el púbico esté dispuesto a pagar por apreciar dicha obra en vivo, bien sea escuchándole o adquiriendo su material discográfico.

El costo no recae solo en el público oyente, también puede haber un inmenso apoyo de las iniciativas privadas (como restaurantes, bares, promotoras de eventos, ONG’s para desarrollo y difusión de cultura) y por supuesto también podría existir una agenda cultural mejor estructurada y dedicada a la difusión de obras musicales locales y en donde los medios de comunicación puedan ser clave para tal difusión. El apoyo institucional también es crítico para difundir y divulgar los nuevos proyectos musicales en la población; tengamos claro que el apoyo artístico es un derecho y una obligación al mismo tiempo.

Concierto de Ishto Juevez en Quetzaltenango. Foto: José Moreno.

En general, existen muchas alternativas para apoyar la escena musical, y éstas son sólo algunas ideas que he discutido con otros colegas músicos, gestores culturales, empresarios y funcionarios municipales; pues no se trata de consentir ni eximir de responsabilidades a un artista, sino más bien brindarle mejores condiciones para que éste se enfoque en lo verdaderamente bueno: dedicarse a su propia labor musical y creativa, con la disciplina y esfuerzo necesarios para que ésta sea una obra profesional y de gran calidad; más bien, me refiero a un modelo de negocios en donde todos podamos ganar a través arte, pero en donde cada actor debe aportar algo para obtener beneficios.

El potencial para la música y las artes en Xela es enorme, rico y muy diverso, y por ello me parece una verdadera pena que se continuemos con casi las mismas condiciones de algunos años atrás, pues ello sólo acelera la fuga de cerebros y corazones de este lugar que históricamente, ha sido conocido como la cuna de la cultura, pero que aún tiene serias dificultades ideológicas y raciales en reconocer su propia producción artística local. No es posible seguir viviendo en el pasado y no cambiar la nefasta idea de que “sólo el/la [artista] que sale de aquí logra reconocimiento y visibilidad”; debemos cambiar percepción de la música ante la conservadora y orgullosa sociedad quetzalteca. Si queremos en verdad volver a las artes, hacerla identidad y algo distintivo de esta ciudad y sus alrededores, he ahí la narrativa sonora, fresca y nacida en este mismo lugar que puede contribuir a lograrlo.