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Efectos de los desechos plásticos en los ríos, lagos y mares de Guatemala

Por: Raquel Díaz 

El río Samalá es el más importante del departamento de Quetzaltenango. Desde su origen en Totonicapán, atraviesa los municipios de Cantel, El Palmar, San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango, Zunil y San Carlos Sija, para penetrar en el territorio de Retalhuleu donde vierte hacia el océano Pacífico. Recibe varios afluentes como el río Xequijel, en donde desemboca también el llamado rio Seco; el Chimoral, el Xantún, el Juchanep, el Paquix y otros. Por lo largo de su trayectoria desde Quetzlatenango hacia el mar, corren todo tipo el plástico y los otros desechos que tiramos en la calle o el bosque de Xela que no se absorbe el suelo. Lo que no se traga la tierra, fluye tarde o temprano con la lluvia hasta los ríos.

Colum Muccio, Director Administrativo de la Asociación Rescate y Conservación de Vida Silvestre, ARCAS, Guatemala, afirma que los desechos, sobre todo el plástico, pueden viajar tanto como nosotros. “El problema del plástico es inmenso, y nos afecta a todos. La situación es grave en la Costa Sur y es catastrófico en la costa del Caribe, en donde el Rio Motagua descarga miles de toneladas de plástico, proveniente de lugares tan lejanos como Quiché y Alta Verapaz, en las playas del Punta de Manabique y los cayos de Guatemala y del sur de Belice. Esta basura plástica, queda en la superficie de la arena de la playa, teniendo hasta medio metro de profundidad.”

Esto afecta al trabajo de ARCAS, “especialmente en los esfuerzos para conservar la tortuga marina. El plástico proveniente de los ríos llega a las playas y a veces es ingerido por tortugas y aves marinas». Tortugas atrapadas en plásticos de refrescos, son algunos de los más dramáticos ejemplos de cómo los animales quedan atrapados en plástico. ARCAS menciona que muchas veces, cuando hacen necropsias a tortugas marinas varadas en la playa en su sede en el Parque Hawaii (cerca de Monterrico), se descubre todo tipo de desechos plásticos en sus estómagos. Para la tortuga baule, una especie en estado crítico de peligro de extinción, este problema es especialmente peligroso, ya que ellas se alimentan casi exclusivamente de medusas y a menudo confunden bolsas plásticas por este alimento. La bolsa queda atrapada en sus intestinos, causando muerte por bloqueo intestinal.

Nery del Valle, de la Jefatura de Manejo de Residuos Sólidos de la Municipalidad de Quetzaltenango, comentó a EntreMundos hace algún tiempo si la municipalidad de Xela está preocupada por este problema. Ellos comentaron que es un asunto de preocupación pero el problema radica en la falta de conciencia de los vecinos por tirar los desechos en lugares no adecuados, que terminan en los ríos. Esta basura, bloquea los tragantes de la ciudad y causa inundaciones. Además comentó que la falta de reciclaje en Xela es una cuestión de la falta de infraestructura; Xela no cuenta con una planta de desechos sólidos, y no se pretende construir una. “Lo que sí se puede hacer -menciona- es separar los desechos en orgánicos e inorgánicos.” Explicó que “se están haciendo ensayos para producir abono orgánico. No es en sí una planta de compostaje, pero existe por lo menos la estructura para hacerla, y en un futuro es lo que se pretende.”

Los desechos plásticos son solo un ejemplo de la contaminación que enfrenta el agua del país. Se puede afirmar que la degradación de las aguas superficiales y subterráneas ha llegado a convertirse en un poderoso obstáculo para el avance sostenible de Guatemala. La contaminación afecta a la salud pública, expresada en enfermedades serias sobre todo en la población infantil, el turismo, la potabilización, la pesca y otros sectores, causando daños ambientales, económicos y sociales que constituyen un freno para el desarrollo. Ante todo esto, cabe preguntarse… ¿hasta cuándo vamos a seguir utilizándolos indiscriminadamente?