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Yolanda Colom: Autora, activista, ex-guerrillera

Foto de portada: Yolanda Colom en Antigua durante la entrevista con EM en 2015. Foto: Patricia Macías

Entrevista por Patricia Macías y Richard Brown 

Yolanda Colom nació en Guatemala en 1952. Es educadora, autora y ex-guerrillera del EGP. Vivió más de 20 años en la clandestinidad y el exilio. Actualmente trabaja con Ediciones del Pensativo, compilando la obra del que fue su compañero, el también líder en el EGP y ya fallecido, Mario Payeras.

EM: ¿Qué cambios observa entre la situación actual de Guatemala y la que existía cuando decidió unirse a la lucha?

YC: Como contexto socioeconómico considero que el sistema sigue siendo el mismo, las causas estructurales que generan las problemáticas socioeconómicas de acá siguen siendo las mismas, solo que más agudas, más profundizadas y por lo tanto los problemas que generan más graves. Las causas sistémicas del hambre, de la desnutrición, del analfabetismo, del desempleo creciente, de los salarios de hambre… Y la expresión de los daños es mayor, porque no son sólo físicos o materiales, son también psicológicos, emocionales y de valores. Estos  fenómenos son más fuertes y por lo tanto se ve en la migración, que para mi es una expulsión. El país vomita a su propia gente, la expulsa… Y también migración interna, me impresiona como de unos años para acá veo más q’eqchies por todas partes en la ciudad. Cosa que antes no, los q’eqchies mas han migrado a los alrededores y ahora están en la capital y ¿qué es eso? desplazamientos y expulsiones a lo bestia.

Se ve también en los volúmenes de gente que anda en las calles, cuidando carros, lustrando, vendiendo cualquier bagatela, mendigando o simplemente sentados en el parque centenario. Para mi esos son indicadores, también como el servicio de transporte urbano ¡las mismas camionetas de los 60 siguen caminando! Cuando yo era chica en las camionetas se daba boleto, una persona en cada asiento y había inspectores, además los buses salían de una terminal y volvían a otra, no se salían de ruta. Pero ahora todo fue para atrás, el transporte publico extra urbano y urbano es indicador de calidad vida de una ciudad, tu calidad de vida no es solo como vives adentro de tu casa y cuanto ganas, sino acceso a servicios, calidad de calles seguras no seguras, limpia o no limpia, banquetas en zonas verdes públicas, baños…

Todos estos problemas se han ido agudizando, cuantitativa y cualitativamente, desde el punto de vista de calidad de vida y sobre las perspectivas de vida, desde el niño chiquito al adulto. Cuando yo crecí había clase media en este país, otro indicativo de la polarización socioeconómica, ideológica y política… Un país donde la cinturita de la clase media es de abeja, no es ya ni la pirámide. Con una mayoría de niños y adolescentes, esa es la población que hay que sostener en educación, en salud, en transporte, en servicios. Pero la franja de población productiva es minoritaria porque la pirámide está demasiado invertida y esa clase media es casi inexistente. Además con un salario mínimo que ni da para la canasta básica. Somos de los países mas caros en relación a lo que se gana.

‘El poder económico, el poder financiero, el poder militar, el poder policial ¿dónde está el poder de la posesión de los bienes de producción? sea la tierra ¿dónde está? ¿quiénes lo poseen? ¿quiénes lo han dirigido? ¿cómo funciona el sistema de partidos acá?’

Y las armas. Ahora compra uno el arma que quiera, hay ventas hasta en los pueblos o en las cabeceras departamentales, ¿y de dónde vienen? ¡Antes no había esto! Yo me acuerdo para recuperar en el movimiento revolucionario eran dos o tres tiendas, que eran ferreterías, y eran armas de cacería, escopetas, fusiles 22… y me acuerdo el EGP limpió estos lugares y lo otro era quitárselas al ejército y la policía. Y tras la firma de la paz las ventas crecieron como hongos, en todo el país… ¿Y quiénes son los dueños de todos estos negocios? Militares, Narcos. Y les echan la porquería a los de abajo, los mareros.

Es un deterioro social generalizado, de deshumanización por decir algo y de empobrecimiento. Nos vamos enrejando en nuestras casas y nuestros barrios, cada vez hay menos calles donde se puede circular. Todo por la seguridad, ¿Es eso calidad de vida? Hasta un barrio pobre esta enrejado porque hasta una tortillería la asaltan y le piden extorsión

Entonces comparado con cuando yo quemé mis naves y me tiré al vacío de una lucha social con ahora, yo digo ahora esta más grave la situación y mas perdidos los valores de todo tipo, en todos los status sociales. El deterioro y la deshumanización, no solo provocado por el sistema de por si capitalista, sino que encima viene toda una política de anticomunismo visceral, dictaduras militares y una contrainsurgencia que se encargó sistemáticamente de degradar al ser humano, no solo a las victimas inocentes, reprimidas, violentadas, oprimidas, torturadas… sino que también a los ejecutores de eso, a la mano de obra barata que era la tropa, embrutecida para hacer esas cosas que las patrullas de protección civil hacían, la mayoría también embrutecidas. Fue clarísimo como a partir de las masacres y las tierras arrasadas, se destapó la prostitución infantil, juvenil y adulta de mujeres indígenas cuando no existía dentro la cultura, cuando dentro de las zonas indígenas la prostitución era casi inexistente. No había la prostitución que hay ahora, y eso también es indicador de degradación social.

Y ahora ves que el discurso oficial mete como guerrilleros, como subversivos, como terroristas a los pueblos que luchan contra la minería, a la gente que se opone a las hidroeléctricas, a los obreros que piden pactos colectivos. Igual que cuando era chiquita, comunista y culpable de los males del país es todo aquel que pide sus derechos, pero es de en medio para abajo, los que exigen, protestan, denuncian, critican, los que ponen el dedo en la llaga.

Pero ese es un discurso simplista, de blanco y negro, para que nadie se fije en quienes son los verdaderos responsables de que las cosas caminen como caminen. El poder económico, el poder financiero, el poder militar, el poder policial, ¿dónde esta el poder de la posesión de los bienes de producción? Sea la tierra, ¿dónde esta? ¿quiénes lo poseen? ¿quiénes lo han dirigido? ¿cómo funciona el sistema de partidos acá?

EM: Y en cuanto a la movilización social ¿cómo eran los movimientos sociales de aquellos años?

YC: En cuanto a movilización social fue muy grande en los 60 y 70. Especialmente la movilización del estudiantado, universitario y de secundaria, era enorme. Hombres y mujeres que luchaban al lado de obreros en las áreas marginales, al lado de otros estudiantes, incluso al lado de lucha contra la Exmibal, que fue paradigma de la minería en aquellos años.

En los 60 eran fuertes el cooperativismo, las ligas campesinas, de Acción Católica. La Iglesia hizo mucha labor reformista promoviendo el cooperativismo y con comités pro mejoramiento de la escuela, comités pro mejoramiento del agua, pro mejoramiento de los caminos. Hubo también muchas luchas magisteriales: hicieron historia las del 73 y el 78, poderosísimas y muy lucidas. El sindicalismo, no fue solo impulsado por los comunistas, fue impulsado por un montón de gente demócrata y completamente dentro del sistema, amparados en la ley y en los países desarrollados. Los sindicatos que llegaron a crecer y a crecer.

Y era un sindicalismo y un movimiento estudiantil y magisterial no solo por sus reivindicaciones gremiales sino que en solidaridad con los demás. A veces ni siquiera se iban a las calles por reivindicaciones propias, sino que por la represión. Llego a ser un movimiento amplio dentro de los marcos de la ley con mucha visión de clase y de país, de soberanía, de defender sus derechos, de solidarizarse con el otro sindicato que peleaba por otra cosa. Fueron movimientos y actuaciones muy heroicas.

EM: ¿Qué herramientas pueden emplear los movimientos de hoy para forjarse y hacerse fuertes?

YC: La única herramienta para los de abajo, los opositores, y los que buscan un mundo mejor es la organización. No hay otra herramienta mejor: organizarse. Eso forma parte de la escuela de conciencia. Y de forjar un liderazgo que responde a sus valores y a las necesidades del país. La práctica. Y la acción. Esto es pura práctica. Y solo la practica de la organización y de la lucha va a forjar luchadores, organizaciones, conciencia, liderazgo. Pero no son solo líderes los responsables, sino que… el conjunto tiene que madurar.

Todas las que existían en este país, todas las luchas eran conscientes, luchadoras. Ahora están surgiendo movimientos otra vez, y lo están reprimiendo. ¿Cuántos dirigentes sindicales van muertos después de la firma de la paz? ¿Cuántos líderes campesinos o comunitarios van desaparecidos, presos, o muertos ya?

EM: ¿Ve usted algún germen de esperanza para el movimiento social hoy?

YC: Tras la firma de los acuerdos de paz vuelve a surgir movimiento social y el sistema sigue en las mismas verdad, el desempleo creciendo, la escuela funcionando mal… entonces vuelve a surgir poco a poco movimiento social otra vez, diferente que antes porque lo que más empezó a despuntar en ese entonces fue la lucha por los desaparecidos, los asesinados. Luego aparece la lucha feminista, la lucha indígena, ya por reivindicaciones socio-culturales e históricas hereditarias, territoriales y comunitarias, antes de la lucha contra las mineras o hidroeléctricas. Y a estas alturas está unido a la lucha por el territorio, la lucha por el medio ambiente, la lucha de las mujeres contra la violencia, por la igualdad, salarios justos…

Y no es por el ongismo… Para mi la única manera de que un movimiento social crezca es sustentado en la conciencia, sustentado en la organización, sustentado el liderazgo genuino y sustentado en la claridad o la búsqueda de afinar sus objetivos, financiados por nadie más que ellos mismos y movidos por razones de clase o de sector.

La lucha u organización que merece la pena es la que descansa en la mente, los corazones, en los pies, en el esfuerzo y el trabajo de los involucrados, y eso requiere mucho sacrificio y requiere lucha y requiere claridad y producir su propio liderazgo, sean estudiantes, sean trabajadores, sea lo que sea. Eso es una necesidad vital y en países como el nuestro el estudiantado que logra llegar a la universidad, que logra llegar a la segunda parte de la secundaria tiene una gran responsabilidad, no solo para luchar por sus derechos, sino por los derechos ciudadanos de todos. Velar por el conjunto de la sociedad, porque aquí somos privilegiados los que accedemos a esos niveles de formación.

Esta entrevista ha sido editada y condensada.