Mi experiencia en ENTREMUNDOS
POR THOMAS LANG
Visité Guatemala por primera vez en diciembre de 2016. Llegué casi por casualidad: estaba de vacaciones con mi familia, celebrando la navidad a bordo de un crucero que un día hizo escala en el Puerto Santo Tomás de Castilla, en el departamento de Izabal. Este contacto inicial con Guatemala fue breve, apenas unas pocas horas, pero fue suficiente para que la belleza del paisaje me hechizara.
Al terminar las fiestas, regresé a la universidad con un nuevo interés en Guatemala. Me inscribí en un curso de política latinoamericana, y cuando la profesora nos pidió escoger un país para un proyecto de investigación, no dudé ni un minuto: quería investigar Guatemala. Ese proyecto, que en principio iba a durar solamente un semestre, se convirtió en mi enfoque académico por el resto de mi carrera universitaria. Investigué la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), y analicé cómo ese modelo de organización anticorrupción fue implementado también en Honduras.

Sin embargo, leer artículos e investigar la política a distancia no fue suficiente para satisfacer mi curiosidad. Quería saber más de Guatemala: quería explorar su naturaleza, aprender más sobre su rica historia cultural y, cómo no, conocer a su gente. Decidí buscar una manera de volver a Guatemala, aún si fuera por unos pocos días.
Gracias a Google, me enteré del trabajo de ENTREMUNDOS. En aquel entonces, además de capacitar a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y líderes comunitarios, ENTREMUNDOS también ofrecía oportunidades de voluntariado para grupos.
Me puse en contacto con Lila Icks, la entonces coordinadora de voluntarios, y organizamos un viaje para otros estudiantes de mi universidad que querían aprender sobre Guatemala. Pasamos una semana a orillas del hermoso Lago de Atitlán, Sololá. El enfoque de nuestro voluntariado fue una colaboración con Guatemalan Housing Alliance para ayudar con la construcción de una casa en San Pablo La Laguna.
Nos alojamos en San Juan La Laguna, donde la organización Xe Kuku Abaj nos abrió las puertas a la cultura Tz’utujil con visitas y excursiones culturales. Se destacan las comidas inolvidables que compartimos con familias que, con mucha generosidad, nos recibieron en su casa para enseñarnos a preparar algunos platos típicos de la zona. Años después, todavía cuento la historia de cómo mis amigos y yo intentamos aprender a hacer tortillas a mano. Aunque las nuestras salieron con formas irregulares, no he vuelto a comer tortillas tan ricas y sabrosas como las que probamos allí, recién hechas por las manos de una experta, con maíz molido ese mismo día.
Al volver a casa, quería mantener una conexión con ENTREMUNDOS y mantenerme al tanto de sus actividades. Ahí empezó mi interés en la traducción de la Revista, una actividad en la que participo desde el verano de 2018. A lo largo de los años, he traducido artículos sobre el esfuerzo de un sinfín de organizaciones y líderes que luchan para proteger los derechos humanos, el medioambiente, y la dignidad de todos.
Aquí en los Estados Unidos, estamos empezando un nuevo año escolar y en mi caso, estoy empezando una nueva aventura: mi primer año como profesor de español en un instituto público. Es una oportunidad que me llena de emoción, pero a la vez siento un gran peso encima. Mis nuevas responsabilidades me están demandando mucho tiempo, y ya no puedo dedicarle a la traducción de la Revista el esfuerzo que merece. Entonces, con este corto relato personal, me despido. Muchas gracias al Equipo ENTREMUNDOS por la cálida acogida y la oportunidad que me brindaron. Y gracias a ustedes, los lectores de la Revista, por su apoyo. Maltiox.
Thomas Lang de Williston, Vermont, E.E.U.U con estudios de Relaciones Internacionales y Español en Eckerd College, St. Petersburg, Florida, enseñó inglés en Hiroshima, Japón. Ahora enseña en España, mientras estudia un Máster en ELE. Empezó su trabajo como traductor en la Revista ENTREMUNDOS en 2018.


