Funcionamiento de los biodigestores; una oportunidad sin explotación de recursos
Por Carmen Benítez
Regenerar la vida es complicado en un mundo consumido por el sistema, pero es posible porque ese era el camino que perdimos, el que nunca debimos dejar de andar.
Lo que llamamos deshecho es una etapa de la materia que tiene la capacidad de regenerarse y convertirse en una forma de energía limpia, sin explotar recursos, sin sacar beneficios económicos de la necesidad de otras personas, sin generar desigualdad. Todo esto lo aprendemos usando biodigestores.
La propuesta
32 volcanes es una asociación sin fines de lucro que promueve y acompaña procesos colectivos para alcanzar mayor autonomía comunitaria a través de dinámicas holísticas basadas en la memoria sociocultural y la sacralidad de los medios de vida. Realiza acciones dirigidas a restaurar la memoria colectiva de los sistemas de producción, la identidad cultural y la cosmovisión ancestral para la soberanía alimentaria. Utiliza la educación formal e informal como estrategia para abordar temas relacionados con la agroecología, nutrición y salud.
Estas acciones políticas se realizan desde una postura de territorio, pues la inseguridad alimentaria provocada por el poco acceso a tierra cultivable, el cambio climático, desastres naturales, pérdidas de cultivos y biodiversidad y uso de paquetes tecnológicos agrícolas limita el acceso a alimentos nutritivos; provocando altos índices de desnutrición en la población rural e indígena que se traduce en retardo del crecimiento en menores de 5 años (8 de cada 10 en población rural indígena), mayor riesgo de mortalidad materna, enfermedades crónicas cardiovasculares como diabetes y obesidad en la adultez y, muerte prematura (UNICEF, 2023; Alvarado, 2017). Todo esto perpetúa el ciclo de la pobreza en las poblaciones rurales e indígenas históricamente marginadas.
Es por ello que la agroecología como una rama científica que respeta, restaura y co-crea sistemas alimentarios más pertinentes, es una herramienta clave para el diseño de paisajes funcionales que respeten los límites planetarios en donde la comunidad humana y la vida silvestre puedan cohabitar en armonía en un espacio.
Para ello es fundamental implementar estrategias de conservación y restauración que contribuyan a reducir la deforestación y los efectos del cambio climático, protegiendo la biodiversidad y asegurando la provisión de servicios ambientales para el bienestar de las comunidades del altiplano occidental.
Estas estrategias se basan en 1) la revalorización de los conocimientos ancestrales 2) la conservación de los bienes de vida; agua, suelo, vida silvestre, etc. 3) la biodiversificación con sistemas de policultivo ancestrales y nuevos diseños, y 4) tecnologías apropiadas cultural y territorialmente.
32 volcanes adoptan una serie de programas a través de la educación no formal – participativa-, para establecer tecnologías conocidas anteriormente, pero con mayor rendimiento y capacidad tal como el Biodigestor Comunitario.
Como organización nuestro objetivo general es contribuir a la soberanía alimentaria y resiliencia climática de poblaciones históricamente marginadas. Además, buscamos promover la producción de alimentos nutritivos, fomentar hábitos alimenticios saludables en poblaciones con alto riesgo de desnutrición y promover la transparencia.
Produciendo gas que alimenta nuestras estufas
El biodigestor es una tecnología de energía renovable. Estas son un tipo de energías derivadas de fuentes naturales que llegan a reponerse más rápido de lo que pueden consumirse y se renuevan constantemente, además de ser generadas por el agua, la energía solar, viento, desechos, entre otros.
El principal objetivo es adoptar tecnologías energéticas transferibles como el biodigestor comunitario para la restauración del suelo, aumentar la biodiversidad y calidad local nutritiva de los vegetales que siembran las familias a través de dos subproductos procesado a partir de materia fecal de animales bovinos (gallinaza, cerdaza, estiércol de vaca, restos alimentarios triturados, o provenientes de letrinas).
Esto es posible gracias al Sistema.bio que es un paquete de biodigestor modular prefabricado que incluye un conjunto completo de accesorios y conexiones de biogás. Fáciles de instalar y usar, nuestros biodigestores patentados de alta eficiencia transforman los residuos orgánicos en biogás renovable y un potente fertilizante orgánico. Las familias pueden acceder a una maquinaria alimentada con biogás. Al transformar el desecho animal en bioenergía y fertilizante orgánico, la avanzada tecnología en biodigestión permite a los productores generar su propia energía térmica y mecánica disminuyendo costos de vida a través del biogás que permite cocinar hasta 4 horas. Con esto se disminuye el tiempo y dificultad de transporte de leña o gas propano.
El biol por su parte, es obtenido también de la fermentación anaeróbica del estiércol en el biodigestor y contiene nutrientes de alto valor nutritivo como minerales y micro flora que estimulan el crecimiento, desarrollo y producción en las plantas, a bajo costo y con un promedio de producción de 10 a 30 días.
Además, los estudios ya realizados por Consorcios Regionales de Investigación Agrícola (CRIA) en la región Occidente de Guatemala, confirman que mejora la calidad del suelo, puede ser utilizada para evitar el uso de fertilizantes químicos y a su vez, al disminuir la concentración del mismo, se puede utilizar como plaguicida en dosis recomendadas por los pilotos realizados. Al aumentar no solo la producción de los agricultores, por medio de la restauración intensiva de suelos, sino al disminuir los costos de las familias productoras de papa, cebolla, tomate, etc., es posible bio diversificar sin perder productividad.
Además de sus beneficios sociales y económicos, en salud y nutrición, esta es una avanzada tecnología para poder captar carbono y disminuir el efecto invernadero por medio de la digestión de materia fecal. A pesar de ser un reto en las dinámicas sociales comunitarias por diversos factores como tiempo, escepticismo, falta de espacio o animales, esta solución es un modelo de desarrollo comunitario regenerativo, como bien lo hemos llamado “REDEMO” por sus siglas en inglés.
Los biodigestores comunitarios promueven una evolución de los sistemas alimentarios decadentes, extractivos e industrializados, a un acto político disruptivo comunitario, ecológico, biomimético, regenerativo que sostiene la vida a través de la colaboración, confianza, y un cambio de paradigma de “desechos a recursos”.
Con este proyecto buscamos conservar áreas de cobertura forestal mediante la implementación de estrategias para la prevención y control de los incendios forestales, contribuyendo a la permanencia de los bosques, la protección de la biodiversidad y asegurando la provisión de los servicios ambientales para las comunidades locales.
Además se restauran áreas degradadas mediante la aplicación del enfoque Adaptación Basada en Ecosistemas -AbE-, promoviendo la recuperación de los bosques y la mejora de la biodiversidad. Con todo ello, se implementan acciones climáticamente inteligentes para la adaptación al cambio climático de los medios de vida de la población, orientando las iniciativas productivas principalmente a mujeres y jóvenes.
Asimismo, se consolidan las acciones de turismo comunitario a través de la diversificación de servicios y productos, los cuáles permiten la valoración y protección de los atractivos naturales-culturales y la generación de ingresos económicos para las comunidades.
Carmen Benitez es médico y cirujano Universidad San Carlos de Guatemala, Especialidad : Genética e Ing. molecular. Estudios de postgrado Nutrigenómica y nutrigenética. Fundadora de 32 volcanes e integrity earth. Ha trabajado como investigadora y catedrática en la universidad San Carlos de Guatemala y URL Ex becaria del programa oficial del gobierno de Reino Unido: programa Chevening
[Imágenes del funcionamiento de los biodigestores y con la comunidad en el Valle Palajunoj que lo mantiene activo con sus propios desechos orgánicos.







