Ciudad de Guatemala. Foto Flickr UN Women

Contaminación Acústica: Un problema de salud pública en Guatemala

Por: Carol Ixtabalán y Diana Pastor

Respiramos y emitimos un sonido, caminamos y emitimos sonidos, comemos, vemos televisión, escuchamos música…cualquier actividad que hagamos tendrá como resultado la emisión de algún tipo de sonido, que muchas veces puede ser desagradable y convertirse en ruido, el cual no es más que un sonido inarticulado, sin ritmo y armonía, o un alboroto o mezcla de sonidos que por lo general son indeseados. 

La exposición al ruido afecta la salud del ser humano dependiendo de su intensidad y frecuencia. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) los sonidos mayores a 55 decibeles dB (unidad de medida del sonido) ya son inadecuados para el oído humano. La exposición larga y frecuente a ruidos de más de 65 dB puede conducir a la pérdida auditiva gradual, y sonidos como el estallido de balas o bombas a poca distancia podrían conducir a una perdida más rápida de la audición o producir acufenos, que es la sensación de zumbido en los oídos. El límite de tolerancia del oído humano al sonido constante es entre 65 a 80dB y hasta un máximo de 85 dB durante un máximo de 8 horas.

Para tener referencias de la tolerancia del ruido, se exponen los siguientes ejemplos: El sonido de la respiración tranquila abarca de 0 a 10 dB y el de una conversación tranquila en una biblioteca ronda entre los 30dB; por lo tanto, se consideran como sonidos normales. El sonido de una discoteca está entre los 110 dB a 150dB, por lo cual, excede lo permitido porque el umbral de dolor acústico es de 120 a 140 dB. En los animales el umbral es aún más bajo, de manera que, en las ciudades, el ruido afecta a los animales del zoológico, y cuando el ruido se produce en las áreas rurales, afecta a los animales silvestres. Los ruidos de las actividades humanas también afectan a los animales domésticos que se encuentran en nuestras casas.

Lourdes Aguilar, ingeniera ambiental de Quetzaltenango, realizó un estudio de contaminación auditiva en el año 2016 en el área del parque zoológico de Quetzaltenango. Ella concluyó en que, en días normales, los niveles de ruido se mantenían en promedio alrededor de los 59 dB dentro del parque, y fuera del parque llegaba hasta los 70 dB. Teniendo en cuenta que en el zoológico se encuentran aves cuya capacidad auditiva llega a los 10 dB, el ruido interior y por supuesto, el exterior, afectan enormemente a estos animales. 

La Contaminación Auditiva en Guatemala 

Fireworks. Photo: FB Guatemalan Rocket Brands

Los niveles de ruido en las zonas más pobladas de Guatemala son comunes, en donde se escucha desde el ruido de las bocinas de carros hasta los tradicionales cohetillos que no faltan para celebrar alguna ocasión. Según un artículo de Prensa Libre, en las ciudades de Guatemala, la población está expuesta frecuentemente a ruidos por arriba de los 100 decibeles (dB), más de lo recomendable que para el oído del ser humano. Incluso se han encontrado emisiones de sonido que alcanzan hasta los 120 dB en un día normal. Un estudio del MARN estableció que en la capital se pueden registrar ruidos de hasta 150 dB en las zonas 1, 8, 9, 10 y 11, es decir, más del doble de lo normal para el oído.

No sólo los cohetillos y el ruido de los automóviles aportan a la contaminación auditiva; las motos, las turbinas de los aviones despegando y aterrizando, los comerciales que atraen a la clientela con bocinas, así como las iglesias, fiestas particulares o discotecas que ponen música con altos niveles de volumen, también incrementan el problema. A pesar de todo, en Guatemala no existe una ley nacional general que regule esta problemática; sin embargo, sí existen acuerdos municipales contra el ruido establecidos en algunos municipios. Se han realizado innumerables denuncias, pero debido a la falta de regulación, no se ha podido darles un seguimiento a dichas quejas. 

El ruido en el mundo

A nivel de país, ciudad de Guatemala es el municipio más ruidoso, seguido de Quetzaltenango. A nivel mundial, las ciudades con más ruido se encuentran en China, India, Egipto, Turquía y España y a nivel de Latinoamérica son Buenos Aires en Argentina y ciudad de México las más contaminadas auditivamente. El ruido tiene una relación directa con el estrés en la población; a mayor ruido, mayor liberación de hormonas, aumentando así la presión arterial, alterando nuestro humor, y a largo plazo, nuestro comportamiento. Incluso cuando no percibimos el ruido, éste va a afectarnos de igual manera. Esto pasa cuando dormimos en un ambiente con ruido, alterando nuestros patrones de sueño.

India

La alteración del sueño, causa a su vez otros problemas, ya que se interrumpe el metabolismo de la glucosa y se desregula el apetito, lo que puede desencadenar enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. Otros efectos de la exposición al ruido constante pueden incluir vértigo, pérdida del equilibrio, afectación del sistema circulatorio, digestivo, respiratorio y endocrino, e incluso alteraciones psicopatológicas como el insomnio, pérdida de la memoria, depresión, ansiedad, entro otros efectos.

No sólo el ruido en el ambiente provoca efectos en nuestro organismo. El uso excesivo de aparatos electrónicos puede provocar la pérdida de la audición. En Estados Unidos, esta es la tercera enfermedad crónica más común, lo cual es alarmante.  Este país del norte, tiene un acceso total a la tecnología, por lo que el uso desmedido de aparatos como audífonos y bocinas a volúmenes inadecuados es común, provocando problemas de audición que se van desarrollando a largo plazo hasta llegar a la deficiencia severa de la audición, en casos extremos. 

Pérdida de la Audición en Guatemala 

 

Las celulas pilosas, en la cóclea, cumplen una función importante para “procesar el sonido”.
Cuando están expuestas a ruidos fuertes de forma permanente, pueden dañarse de por vida, porque
a diferencia de los animales, éstas nose regeneran en los humanos. Es comosi caminara por el pasto
una y otra vez sin descanso; después de un tiempo, éste se quedará aplastado permanentemente.

En Guatemala se tiene poca información y poco precisa sobre las poblaciones que padecen de sordera. Ana Beatriz Suárez, intérprete de lengua de señas expone la siguiente información en el blog del sitio de Gibson Research Consultancy: (La comunidad sorda y el acceso a la salud en Guatemala — GRC-Salud)

En 2016, se realizó la II Encuesta Nacional de Discapacidad en Guatemala (ENDIS 2016), la cual presenta información más específica al respecto. El informe indica que la prevalencia general de discapacidad en los participantes fue de 10.2 %; y que el 31 % de todos los hogares en Guatemala incluían al menos una persona con discapacidad. Este informe también indica que el estimado de prevalencia (combinado) de personas con deficiencia de la audición fue del 4.0 % en adultos mayores de 18 años, y del 0.6 % en niños y niñas entre 2 y 17 años. Otro dato que arrojó la encuesta fue la prevalencia clínica de la deficiencia auditiva, siendo esta de 2.4 %; distribuyéndose en moderada (38 %), severa (35 %) y sordera profunda (27 %).

Día Mundial de la Contaminación Auditiva

Debido a que con el tiempo han ido incrementando los problemas de la escucha, el 12 de abril se celebra el día mundial de la contaminación acústica, establecido en 1996 por el Centro de Audición y Comunicación (CHC), el cual tiene como fin hacer conciencia a la población mundial de los riesgos y problemas a la salud que se derivan de este tipo de contaminación. Este día también tiene como objetivo motivar a la población a mantener mejores hábitos o prácticas diarias en las diferentes actividades que se realizan, pues la pérdida auditiva es un problema irreversible. Desde EntreMundos esperamos que, con el tiempo, más personas están conscientes y dispuestas a reducir este “problema invisible” de salud pública.

Algunos de los ruidos más peligrosos (valores aproximados)

La música de fiestas o iglesias produce de 80 a 100 dB.

Los camiones, de 115 a 130 dB.

Las discotecas emiten de 110 a más dB.

Los cohetillos (si estallan cerca) 120 dB o más. 

Las turbinas de aviones 120 dB o más.

Una moto puede emitir 88 dB