8 – Rosemary Dionicio

Las clases en mi idioma

Angie López

“Yo esperaba recibir las clases en mi idioma materno, que en este caso sería el idioma K’iche” explica Rosemary Dionisio una estudiante universitaria Maya K’iche’ de Guatemala. Rosemary, es una joven de 23 años de edad que reside en una aldea del departamento de Quiché, Guatemala. Su mamá es docente de educación primaria y su papá es agricultor. Rosemary habla cuatro idiomas, el sakapulteko, español, inglés y el K’iche’, el cual es su idioma materno y el idioma predominante del lugar donde reside. 

A sus 20 años de edad, Rosemary ingresó a la Universidad de San Carlos en Guatemala, para estudiar la licenciatura en profesorado de educación primaria bilingüe intercultural, el cual tiene una duración de tres años. Rosemary decidió estudiar esta carrera porque una de sus visiones primordiales es contribuir con la enseñanza de la educación en su idioma materno, reforzando así la enseñanza y aprendizaje para los niños, para que puedan recibir la educación necesaria en su propio idioma. 

Según los Derechos Colectivos de los Pueblos Indígenas u Originarios, los Pueblos Indígenas tienen derecho a la Educación Intercultural y a la lengua/idioma, que consiste en recibir educación teniendo en cuenta las necesidades especiales de los Pueblos Originarios. Los programas y servicios de educación deben adaptarse con el objetivo de responder a sus necesidades y deberán abarcar su historia, conocimientos y técnicas, sistemas de valores y aspiraciones sociales, económicas y culturales.

El reconocimiento del derecho de los Pueblos Originarios incluye crear sus propias instituciones y medios de educación, siempre que tales instituciones satisfagan las normas mínimas establecidas por la autoridad competente en consulta con las comunidades. Siempre que sea viable, el deber incluye enseñar a los niños interesados a leer y escribir en su propio idioma o en aquel que más comúnmente se hable en el grupo al que pertenezcan.

“Solía levantarme como a las cuatro y media de la mañana para cambiarme y tomar el bus a las cinco y llegar a la U a las siete, porque empezaban las clases a las siete y media” explica Rosemary, quien para trasladarse hasta la universidad viaja por lo menos dos horas diarias en bus público y otras dos horas en un bus de regreso a su casa.

La licenciatura en profesorado de educación primaria bilingüe intercultural “trata de promover la educación en el idioma idioma materno en nuestras áreas de trabajo y en este caso se enfoca más en el área rural, ya que los estudiantes necesitan que los docentes brinden el idioma o las clases en nuestro idioma materno para que puedan tener la información necesaria” agrega Rosemary.

A pesar de que el idioma de la región es el K’iche’’, las clases son impartidas en el idioma español debido a que la mayoría de los docentes no hablaba el idioma Indígena de la región. A nivel universitario todos los docentes y estudiantes hablan español, y los maestros que dominan el idioma K’iche’ ya no lo hablaban porque se han acomodado. Para los docentes era más factible dar la clase en español” ya que la mayoría lo habla. Un 90 por ciento de los estudiantes habla español y solamente el 10 por ciento sabía K’iche’. 

“Éramos tres estudiantes que veníamos del área rural, muy lejanos al departamento al cual íbamos a estudiar” indica Rosemary. Al ser tres estudiantes pertenecientes a diferentes Pueblos Indígenas “sufrimos de discriminación hacia nosotros porque (..) íbamos con nuestra indumentaria maya y (…) no éramos tan aceptados en los grupos de trabajo.

“Los tres éramos de apoyo, yo para ellos y ellos para mí, (…) y trabajábamos juntos, era una relación muy bonita porque compartimos demasiado, compartimos la misma visión” relata Rosemary.

Debido al desconocimiento del idioma en la universidad, Rosemary y sus dos compañeros se inscribieron en una academia donde recibieron clases gratuitas del idioma K’iche’. “A los que nos importaba el idioma, íbamos a una academia maya que está en el departamento, entonces como no teníamos clases algunas tardes,  íbamos a tomar la clase por tres horas,  y era de nuestra propia voluntad”.

Según el Banco Mundial, Guatemala tiene una población aproximada de 16,6 millones de habitantes según hasta 2019, y al menos 1,6 millones de personas hablan el idioma K’iche’ en diferentes departamentos. “Me encantaría que se enseñaran los idioma Indígenas.  Me encantaría que los docentes pudieran profundizar en los idiomas y tener cursos específicos. También profundizar en los derechos de los Pueblos Indígenas, porque de eso trata también nuestra carrera, de profundizar en la interculturalidad (…) creo que ahí cambiaría mucho la percepción de la carrera y también de las personas Indígenas que estamos inmersas en la carrera, para que nos sintamos parte de ella sin que la carrera vaya desviándose hacia otro tipo de visión” finalizó Rosemary.

Recibir las clases en los idiomas maternos es un derecho que tienen los Pueblos Indígenas,  y las autoridades tienen la obligación de satisfacer esta necesidad para asegurar la continuidad de las lenguas de los Pueblos Originarios.