Micromachismos

Micromachismos: Otro Tipo de Violencia contra la Mujer

Por: Karen Legrand

Guatemala está catalogada a nivel mundial como uno de los países más inseguros para niñas, adolescentes y mujeres. En el 2018 según el Instituto Nacional de Ciencias Forenses INACIF, se registraron 628 mujeres fallecidas por causas asociadas a hechos criminales, esto quiere decir que 2 mujeres fueron asesinadas por día, el 45% en edades de 18 a 34 años.

La violencia contra las mujeres se fundamenta desde diferentes vías, una de ellas es el machismo, para Marcela Lagarde antropóloga y feminista latinoamericana el machismo se basa en el androcentrismo, el cual da una visión valorativa y social de los hombres y lo masculino como superior, con más capacidad y utilidad que las mujeres. El machismo exalta ciertas características de los hombres relacionadas a la virilidad, enfatizando la agresión, uso de la fuerza dañina y dominación sexual.

¿Qué son los micromachismos?

Según el psicólogo Luis Bonino, los micromachismos son prácticas sutiles de violencia en la vida diaria que en su mayoría pasan desapercibidas, y que sin embargo, a nivel inconsciente reflejan y refuerzan actitudes machistas y de desigualdad de las mujeres respecto a los hombres.

Bonino hace una clasificación de los micromachismos en cuatro tipos

  1. Utilitarios: Relacionados a principalmente al ámbito doméstico y de cuidado hacia otras personas. Se basan en las “capacidades femeninas” de servicio y la naturalización de su trabajo como cuidadora.

¡Eres mujer, tú sabes de cocina! ¡Las buenas mujeres no mantienen sucia su casa!

  1. Encubiertos: Busca imponer las “verdades masculinas” invisibilizando la voluntad o deseos de las mujeres. No utiliza la fuerza, sino el afecto, lo cual lleva a las mujeres a seguir y cumplir la dirección elegida por los hombres, en base a la manipulación.

¡Silencio, que papá está enojado! ¡Yo manejaré el pick-up porque es grande!

  1. De crisis: Son utilizados en momentos de desequilibrio en la pareja, esta crisis generalmente sucede cuando las mujeres son conscientes de la condición de desigualdad en la relación de pareja. Debido a este proceso de conciencia y empoderamiento de las mujeres, los hombres deben modificar conductas en la relación.

¡Siempre nos enojamos por tu culpa! ¡No respetas que y sea el hombre de la casa!

  1. Coercitivos: En este tipo de micromachismo el hombre utiliza su fuerza económica, moral y afectiva para ejercer su poder sobre la mujer. El impacto principal sobre las mujeres es limitación de su libertad y toma de decisiones. Esta evidencia un claro ejemplo de situaciones reales basadas en la desigualdad de género.

¡De ninguna manera pagarás la cuenta! ¡Así no se comporta una señorita!

¿Cómo se reproduce la violencia contra las mujeres?

A diario escuchamos en la calle, en los buses, en los medios de comunicación mensajes que normalizan y refuerzan la desigualdad de género; por ejemplo, al caminar por las calles las niñas, adolescentes y mujeres están expuestas a ser víctimas de múltiples formas de acoso callejero. Por ejemplo, un micromachismo que “normaliza” este tipo de acoso sería: ¡ella tuvo la culpa porque iba vestida así! o ¡eso le pasa por andar sola en la calle! Cuando normalizamos la violencia fortalecemos las desigualdades basadas en género y reproducimos el mensaje de que las mujeres pueden ser violentadas, abusadas, violadas, acosadas, porque ellas tienen la culpa.

Reflexionemos ¿Cuántas veces hemos compartido, escrito o dicho frases o mensajes como estos o cuántas veces nos han dicho estas frases?

– Calladita se ve más bonita

– Hoy está insoportable, seguro está en sus días (periodo menstrual)

– Le hace falta hombre

– Mujer al volante, peligro constante

– Mujer tenía que ser

– Peleas como niña

– Seguro le dieron el trabajo porque se metió con alguien

– Las mujeres prefieren los hombres malos

– Detrás de un gran hombre hay una gran mujer

– Deberías ser un poco más femenina

– Ser mamá es lo mejor que le puede pasar a una mujer

– Se lo busco por andar vestida así

– Las mujeres son emocionales y los hombres racionales

– Fue un crimen pasional

– La que no enseña no vende

Si la respuesta es más de una vez, significa que estamos siendo víctimas o estamos reproduciendo mensajes machistas. “Micro” significa pequeño, sin embargo, cuando hablamos de micromachismos nos referimos a la “sutileza” con la que se replican los mensajes, el machismo no es pequeño, el machismo es grande, peligroso y mata.

¿Cuál es el impacto de los micromachismos en la vida de las mujeres?

La violencia impacta a nivel individual, familiar, en la comunidad y nivel de sociedad. A nivel individual, las mujeres que son víctimas de violencia ven su autoestima deteriorada, su autoconcepto y autoimagen se ven dañadas aumentando su inseguridad y disminución de la confianza en ellas mismas. Pierden su poder personal y sus capacidades de toma de decisiones se ven limitadas.

A nivel familiar, la reproducción del machismo afecta las relaciones de poder entre mamá y papá, dando un mensaje a los hijos e hijas a reforzar la desigualdad de género; por ejemplo: ¡tu hermana te tiene que servir!, ¡el oficio doméstico es cosa de mujeres!, ¡el nene si puede salir solo, la nena no! Esta forma de crianza en los niños fortalece la idea de poder sobre las mujeres y en las niñas refuerza comportamientos de sumisión y obediencia.

A nivel comunitario, el machismo limita la participación y toma de decisiones de las mujeres en espacios como juntas directivas, COCODES e incluso poder elegir y ser electas en espacios de tomas de decisión a nivel local, dejando la creación y gestión de proyectos, políticas públicas y/o programas para mujeres desde lógicas masculinas.

A nivel de sociedad, vemos a diario noticias sobre violencia sexual, trata de personas, secuestros y femicidios en contra en mujeres. La maternidad forzada es un delito, sin embargo, miles de niñas son obligadas a ser madres por el simple hecho de ser mujeres, esto nos reconfirma que Guatemala es un país inseguro para niñas, adolescentes, mujeres y mujeres indígenas.

¿Cómo eliminar de nuestro lenguaje y actitudes cotidianas el machismo?

Uno de los pasos más importantes ser TOMAR CONCIENCIA de lo que decimos, lo que escuchamos, lo que vemos en redes sociales, lo que medios de comunicación nos venden sobre “cómo debe ser o relacionarse una mujer o un hombre”.

Tomar consciencia significa reflexionar, cuestionarse sobre los “modelos” o “normas” impuestas sobre nuestra sexualidad, por lo que debemos empezar a ser más autocríticas y autocríticos de nuestras relaciones diarias, dejando de culpar a las mujeres por ser violadas o maltratadas, leyendo medios alternativos, investigando sobre movimientos de mujeres en nuestras comunidades, barrios o ciudades y las demandas que hacen en todos los niveles políticos, económicos y sociales.

La igualdad de género no debe ser vista como una utopía, debemos entender que es un derecho, es el derecho de las mujeres a no ser violadas, acosadas ni asesinadas por la razón de ser mujeres. La violencia no es normal ni natural, no nacemos siendo violentas, los hombres no nacen siendo machistas, el machismo y la desigualdad se aprenden y todo lo que se aprende puede ser desaprendido y deconstruido, ese es el reto.