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“Eco-histeria”: Un arma contra los movimientos medio ambientales

Ilustración de Portada: Betrayal de Mario Sánchez Nevado www.aegis-strife.net
Por Nicole Tse

“Eco-histeria” se ha convertido en un término popular en el discurso sobre el medioambiente y temas relacionados con él, como la polución y la sostenibilidad. Pero ¿precisamente qué es el eco-histerismo?

La palabra “histeria” viene de la palabra griega para “útero”. Originalmente hacía referencia a una condición médica femenina que, según se creía, ocurría por perturbaciones del útero. En la medicina moderna, la histeria se entiende como una afección psicológica en la que los síntomas físicos del paciente no son causados por lo físico, sino por lo psicológico. La palabra también se usa para describir un estado de emoción excesiva o incontrolable: por ejemplo, alguien que está tan en pánico que no puede pensar racionalmente se puede considerar histérico. Hay un fenómeno que se llama la histeria en masa, cuando la histeria psicológica o emocional se manifiesta en los miembros de una población, normalmente empezando con una persona o con un grupo pequeño.

Muchos oponentes a los movimientos ecológicos culpan a los ambientalistas de propagar la eco-histeria: es decir, de causar pánico que (aseguran ellos) no tiene base en la evidencia científica. La mayoría de estas acusaciones se dirigen al movimiento del cambio climático. El término “eco-histeria” a veces se empareja con etiquetas similarmente negativas, como “ambientalistas radicales” o “eco-extremistas.” Implica que los “eco-histéricos”—o sea, los activistas ambientales—intentan manipular y controlar al público a través del miedo infundado. Como la histeria en masa, estos anti-ambientalistas creen que la eco-histeria es contagiosa y que se difunde con rapidez, aunque no haya causa real. Por ejemplo, en un artículo publicado en Canada.com, el Edmonton Journal mantuvo que, a pesar de lo que se ha escuchado repetidamente, el calentamiento global no significa la destrucción de la población mundial de los osos polares. De hecho, dijo, “el alarmismo constante por parte de los científicos, ambientalistas y los medios” ha provocado que la gente vea peligro donde no existe. El artículo concluyó que el gobierno estadounidense apoya al movimiento del cambio climático por motivos políticos en vez de científicos, “para mimar a los votantes” que están atrapados en la eco-histeria fomentada por los medios.

¿Quién usa el término “eco-histeria”? Una búsqueda de Google demuestra que casi todas las alusiones al término vienen de periódicos y sitios web conservadores.

¿Quién usa el término “eco-histeria”? Una búsqueda de Google demuestra que casi todas las alusiones al término vienen de periódicos y sitios web conservadores. Puede ser que para ellos, el trabajo de los activistas (por ejemplo, medidas sugeridas para reducir el impacto ecológico de la humanidad) parece ser un ataque contra su estilo de vida. Además de estos, el término también se usa por grupos asociados con negocios grandes, específicamente los que se ven amenazados por las protestas activistas en contra de sus fuentes de riqueza, como la minería, la producción de petróleo, los diques hidroeléctricos y demás. Etiquetarlos a los oponentes como “histéricos” es una estrategia para desacreditarlos y continuar con prácticas que no son buenos para el medioambiente. Esto es un método muy arraigado de descartar a la gente con puntos de vista inconvenientes; es interesante notar que la histeria tradicionalmente se ha considerado como aflicción femenina, y aún hoy en día a las mujeres se suele menospreciar por ser histéricas o excesivamente emotivas cuando expresan su ira por los problemas que las afectan.

Tanto los periodistas individuales que escriben sobre los problemas que enfrenta nuestro planeta como los grupos ambientalistas se etiquetan como “eco-histéricos.” Ejemplos de estos grupos incluyen el Post Carbon Institute (Instituto Pos-Carbono), Deep Green Resistance (Resistencia Verde Profundo), el Center for Biological Diversity (Centro para la Diversidad Biológica), el Natural Resources Defense Council (Consejo para la Defensa de los Recursos Naturales), y el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la Naciones Unidas.

El Post Carbon Institute es un comité de expertos que provee una plataforma para el intercambio de ideas sobre el actual crisis global de sostenibilidad. Aunque el Instituto se enfoque principalmente en los retos relacionados con la energía y el cambio climático, como sugiere el nombre, su trabajo abarca “todos los grandes asuntos ambientales, sociales y económicos que se enfrentan al mundo en este siglo nuevo,” según su sitio web. Su meta es facilitar un cambio en el funcionamiento de la sociedad, hasta que el mundo ya no depende de las formas de combustible que emiten el anhídrido carbónico. El Instituto hace su trabajo a través de la producción de libros, artículos, informes y videos que permiten que los miembros compartan sus conocimientos.

De los cinco grupos ya mencionados, quizás solo el Deep Green Resistance merece la etiqueta de “ambientalistas radicales.” Esta organización propone el desmontaje de la civilización industrial, que según su punto de vista es la fuente de la destrucción del planeta. Siguiendo un plan de cuatro fases, DGR quiere volver a “los métodos tradicionales de la subsistencia,” es decir, la sobrevivencia a través de las materiales naturales. Actualmente, DGR utiliza tácticas no violentas para promover sus ideas y avanzar hacía las metas. Además de asuntos ambientales, DGR también alienta la solidaridad entre grupos oprimidos y promueve los derechos de las mujeres, los pueblos indígenas y la gente de color.

El Center for Biological Diversity, con base en Nuevo México, es una organización sin fines de lucro con una misión de proteger las especies en peligro de extinción, así como su hábitat. Maneja programas para la protección de especies en peligro de extinción, de los océanos y de tierras públicas por medio de la recopilación y análisis de datos científicos y peticiones de protección legal para las dichas especies. Otros programas incluyen la concientización sobre el crecimiento poblacional, el exceso de consumo y la sostenibilidad a través de campañas grassroots y de los medios sociales, acción legal, informes y etcétera.

El Natural Resources Defense Council (NRDC) es un grupo de defensa que combina “el poder grassroots de más de 2 millones de miembros y activistas en línea con la influencia y experiencia legal de casi 500 abogados, científicos y otros profesionales.” Con sede en la ciudad de Nueva York y oficinas en muchas partes de los Estados Unidos—y una en Beijing, China—el NRDC se dedica a las políticas para la preservación ambiental. No solo presiona para la aprobación de leyes en cuanto al cambio climático, la polución del aire y del agua, la energía limpia y la vida salvaje en peligro de extinción, sino que también se asegura de que el público tenga acceso a información sobre estos temas. Por ejemplo, en su sitio web se puede encontrar artículos sobre cuáles países son los responsables por más polución carbónico, así como qué tipo de consumo de mariscos es mejor para el medioambiente.

El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC en inglés) se estableció en 1988 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial para revisar y evaluar las investigaciones científicas actuales sobre el tema del cambio climático. El IPCC no lleva a cabo sus propias investigaciones, pero su trabajo es importante porque produce informes bien escritos y bien revisados basados en la literatura publicada por todo el mundo. Los gobiernos de los países miembros de las Naciones Unidas pueden diseñar sus políticas partiendo de los contenidos de dichos informes.

Con estos conocimientos sobre el término “eco-histeria” y cómo se utiliza en el debate sobre nuestra situación actual medioambiental, resultará más fácil notarlo cuando aparece y, más importante, entender los motivos por los que se usa.