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Ser abuelo(a) en Guatemala

Por: Izela de León

Todos en algún momento, hemos tenido algún tipo de relación con personas de la tercera edad. Algunas veces esas personas son nuestros abuelos y abuelas y otras veces, son los abuelos y abuelas de alguien más. Ya sea con vínculo familiar o no, siempre aprendemos de la experiencia de ellos y su ejemplo puede enriquecer nuestras vidas con aquello que vivieron y nos cuentan y que quizá nunca tendremos la oportunidad de conocer. Hoy, sin embargo, muchos ancianos son abandonados y rechazados por sus familias, desperdiciándose así el enorme privilegio que significa el tener al alcance vivencias invaluables y únicas.

En el país, existe ya un marco legal que ampara a los adultos mayores. Sin embargo, la realidad está muy alejada de la ley, ya que muchos de los ancianos viven pidiendo dinero en las calles, vendiendo artículos hechos a mano por muy poco dinero, o realizando actividades que no son acordes a su salud y edad, pero que debido a las circunstancias en las que se encuentran las llevan a cabo para obtener su sustento diario y sufragar los gastos de sus necesidades inmediatas. Hay quienes trabajan incluso no sólo para aplacar el hambre y el frío no sólo corporal, sino también del alma, pues no tienen otra forma de enfrentar la soledad.

En el país, existe ya un marco legal que ampara a los adultos mayores. Sin embargo, la realidad está muy alejada de la ley, ya que muchos de los ancianos viven pidiendo dinero en las calles, vendiendo artículos hechos a mano por muy poco dinero, o realizando actividades que no son acordes a su salud y edad, pero que debido a las circunstancias en las que se encuentran las llevan a cabo para obtener su sustento diario y sufragar los gastos de sus necesidades inmediatas. Hay quienes trabajan incluso no sólo para aplacar el hambre y el frío corporal, sino también del alma, pues no tienen otra forma de enfrentar la soledad. Hoy en día, las organizaciones que apoyan en mayor manera a los ancianos en Guatemala son los asilos, quienes no sólo realizan una enorme labor social para atender a los ancianos sino han asumido el rol del gobierno en cuanto a políticas destinadas a este sector de la población. Los asilos no sólo brindan cuidados a los ancianos, también están tratando de divulgar a través de los medios de comunicación los derechos de los adultos mayores. Sin embargo, los asilos no pueden hacer todo: aunque traten de brindarles lo elemental para vivir, la mayoría de ellos carece de programas recreativos para que las personas de la tercera edad ocupen su tiempo y se distraigan.

Guatemala es un país que cuenta aún con una gran población joven, pero que inevitablemente envejecerá con el pasar de los años. Es preocupante que, a nivel nacional, no estemos preparados para la generación futura de abuelos y abuelas. El programa del adulto mayor, por ejemplo, si bien han ayudado a algunas personas de la tercera edad, no responden ni al número de necesitados ni a los requerimientos que presenta este sector de la población, por lo que cada vez, quienes están interesados en apoyar a las personas adultas, incrementan su aporte a nivel personal, ya que no se cuenta con apoyo estatal y el apoyo de la iniciativa privada a nivel nacional o desde donaciones del exterior, es prácticamente escaso.

Es necesario exigir no por caridad sino por justicia lo que las leyes ya existentes establecen para beneficiar al adulto mayor. ¿Cómo podemos lograr acciones concretas? La sociedad civil puede coordinar acciones a nivel local y regional; pero no puede quitarle al Estado la responsabilidad en su totalidad, sino presionarlo para que realice su función en cuanto a la atención de este sector vulnerable y desprotegido. El rol de las sociedades para cuidar al adulto mayor no sólo de hoy sino del mañana, es comenzar la educación desde las familias, y en los centros educativos, con los niños y jóvenes. Hay que recordar que los cuidados para las personas mayores no son sólo económicos, sino físicos, emocionales, y sociales, ya que es importante incluirlos en la vida en general como personas que fueron importantes y que lo siguen siendo.