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El proyecto de la transformación: El reto para que las fuerzas de los pueblos apuesten a un solo proyecto

Entrevista con el activista Maya Mash Mash acerca de las protestas actuales y su lucha por un Estado Plurinacional. Escrita en colaboración con Anika Pinz y Martin Schäfer de la revista Latein Amerika Nachrichten

 

Anika y Martin: Este verano, después de varios escándalos de corrupción, Guatemala ha visto grandes protestas. ¿Cómo evalúa la situación?

Mash Mash: Estas manifestaciones comenzaron por el comportamiento corrupto del Estado que sólo busca el beneficio de los sectores poderosos que han manejado la economía y la política en el país. Las manifestaciones son la muestra de la resistencia y de la lucha de los pueblos, y del rechazo a este Estado que ha excluido históricamente a los pueblos indígenas. Los despojos y los sometimientos de los pueblos se vienen dando desde la época de la invasión.

En los últimos años en Guatemala se habían desmantelado estructuras corruptas. Pero en la actualidad quieren desmantelar una institución que persigue la corrupción (la Fiscalía Especial Contra la Impunidad). Cuando se da la destitución de Juan Francisco Sandoval, el fiscal al frente de esta institución, es cuando empiezan a fortalecerse las manifestaciones en los distintos sectores. 

AyM: Háblenos de su organización, el Consejo del Pueblo Maya (CPO), y del papel que jugó en el paro plurinacional el 29 de julio

MM: Como CPO surgimos más o menos en el año 2005 a partir de la lucha y defensa por los territorios y el desarrollo de las consultas comunitarias. Por el momento se han realizado alrededor de unas 80 consultas en todo el país para reivindicar los derechos de los pueblos sobre sus territorios; esto porque las transnacionales llámese mineras, hidroeléctricas y monocultivos están invadiendo los pueblos sin su consentimiento. Nos consideramos como un movimiento político que articula el pueblo Maya y promovemos la construcción de un nuevo Estado para Guatemala. 

Por lo tanto, apostamos a un proyecto político de transformación más profunda, pero también hicimos un llamado a las poblaciones para sumarse a las diferentes convocatorias. El 29 del julio fue el caso más emblemático. Las manifestaciones dan cuenta de la resistencia y la lucha de los pueblos, pero también del rechazo a este Estado racista.

AyM: ¿Cómo es la situación actual de los pueblos Mayas en Guatemala?

MM: Los pueblos nunca hemos participado en este Estado, no decidimos sobre nuestro presente y futuro. En el Congreso de la República hay algunos indígenas, pero representan los intereses de los partidos políticos, que son dirigidos por la oligarquía. Cuando hablamos de racismo, nosotros vemos cuatro grandes despojos. Cuando se da la invasión, despojan a los pueblos de sus territorios. Luego en la época liberal cuando el gobierno reparte tierras comunales de nuestros pueblos a terratenientes y empresarios, se esclaviza a las poblaciones para el trabajo forzado en el cafetal, o en las algodoneras. En el conflicto armado pasa el tercer despojo, porque denuncian a todos los pueblos como comunistas, como guerrilleros, los desplazan y los eliminan. El cuarto despojo es la actual imposición del modelo extractivista en nuestros territorios. Se instalan mineras, la extracción del petróleo o las hidoeléctricas que son impuestas en los ríos que cuidan los pueblos y luego nos venden la energía a precios muy altos. Esto es una violación de los derechos colectivos de los pueblos que son, entre otros, la libre determinación y el derecho a la consulta, pero también tiene más implicaciones: la falta de salud, de educación, de vivienda, de carretera, etc. Esto demuestra que vivimos en un país en el que los pueblos indígenas no son protagonistas de su vivir.

AyM: El CPO propone un Estado plurinacional. ¿Qué significa ese concepto para Guatemala?

MM: Desde que se creó el CPO nos planteamos la construcción de un nuevo Estado incluyente porque en Guatemala convivimos cuatro pueblos: los pueblos Maya, Xinca, Garífuna y Mestizo. Partimos desde las experiencias propias de nuestros pueblos. Hay pueblos como el pueblo Maya K’iche’ y Kaqchikel que están cogobernando sus territorios, por muy pequeños que sean. Está demostrado que sí se puede avanzar en una cultura plurinacional. Además, hay referencias de Latinoamérica como en Bolivia o Ecuador, incluso en Europa. Nosotros consideramos que cuatro pactos son necesarios para avanzar hacia un Estado plurinacional.

El primer pacto es político. En la nueva constitución plurinacional queremos incluir la democracia comunitaria que ha sido desconocida históricamente. Ahora las decisiones vienen desde las estructuras de gobierno y van hacia las comunidades y nosotros queremos revertir esta situación porque nuestras comunidades funcionan a través de las asambleas comunitarias, de las consultas y de los consensos que se dan. Queremos mejorar la ley electoral para que en el congreso estén representados los cuatro pueblos de manera proporcional. Planteamos dos maneras de elegir congresistas: desde el sistema político oficial y desde la propia dinámica de los pueblos a partir de las asambleas. 

El segundo pacto es económico. La economía tiene que tener como centro el buen vivir en el sentido de tener vida plena en armonía con la naturaleza y con el universo. Ahora se impone una economía que está regulada por el mercado, nosotros planteamos que sea regulada y decidida por la comunidad. También queremos que los bienes comunes naturales y sociales, como la energía, los bosques y los ríos, sean de dominio público y para el beneficio de las mayorías y no privatizados y controlados por las transnacionales. 

El tercer pacto es la cultura, necesitamos impulsar una cultura plurinacional. La educación que tenemos ahora es diseñada para mantener el sistema. El centro de nuestros planteamientos es la descolonización del pensamiento, es impulsar una cultura de convivencia, de armonía, de productividad, de participación política de hombres y mujeres. El último pacto es la justicia. La justicia tiene que reconocer en igualdad de condiciones los sistemas propios de los pueblos. Planteamos reconocer ese pluralismo jurídico. La justicia propia de los pueblos es reparadora, no persigue, criminaliza, mata o castiga a los implicados. Sobre todo, no es solamente una justicia para resolver conflictos, sino también una justicia social que significa tener educación, salud, vivienda y todo lo que implica el buen vivir de los pueblos.

Esos cuatro elementos son los que sostienen un Estado plurinacional. Para lograrlas no queremos parchar esta constitución excluyente, sino que la ruta que planteamos es la instalación de una asamblea plurinacional constituyente. Para esto necesitamos fuerza en el Congreso de la República. 

AyM: Guatemala tiene un alto porcentaje de población indígena, pero parece estar todavía lejos de tener una articulación de los pueblos indígenas al nivel de Bolivia o Ecuador. ¿Qué condiciones faltan?

MM: Hay una situación lamentable que es la consecuencia de muchos años de sometimiento ideológico de los pueblos. El gobierno a través de las mismas leyes y de la institucionalidad y sus operadores como el ejército, la policía, los medios de comunicación y los partidos políticos, impone un estado de sitio, de prevención o de emergencia para ir bajándole volumen a las reivindicaciones de los pueblos. Así han fragmentado a la sociedad.

No hay una unidad, no hay una articulación sólida de las propias organizaciones y autoridades comunitarias, de los movimientos de estudiantes, mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, campesinos. Todas esas fuerzas vivas que hay en el país ahora están muy fragmentadas y dirigidas a partidos políticos. Únicamente se articulan a partir de coyunturas como sucedió recientemente, alrededor del tema de la corrupción. Además, el Estado tiene infiltrados en las comunidades a sus operadores, quienes a partir de ofrecimientos de pequeños regalos o proyectos callan a los liderazgos. La estrategia histórica ha sido criminalizar a los liderazgos, perseguirlos, silenciarlos a partir de las propias leyes. Hay una ley que no permite la asociación libre de las comunidades y de las organizaciones sociales y su articulación. Asimismo, hay estructuras como la Fundación Contra el Terrorismo que califican a los pueblos de terroristas y de criminales cuando estos reivindican derechos o salen a las calles a manifestarse. 

El reto grande es que las fuerzas progresistas, las fuerzas vivas de los pueblos, se articulen y apuesten a un solo proyecto de transformación. Sí hay un gran potencial desde los pueblos indígenas, pero estamos desarticulados. Por eso, quisiera enviar un llamado a todos los movimientos de los pueblos y movimientos sociales en Guatemala para que sigamos construyendo este caminar de manera conjunta y sobre todo unificar criterios consensuales para el proyecto político para el país, trabajando con todas las comunidades. 

MASH MASH Y EL CONSEJO DEL PUEBLO MAYA (CPO)

Mash Mash (mono en idioma Mam) pertenece al pueblo Maya Mam y es activista del Consejo del Pueblo Maya (CPO).  El CPO tiene presencia directa en 7 departamentos en todo el occidente del país y alianzas con fuerzas presentes en otras partes del país como el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca), además de con académicos, sectores sociales y sindicatos progresistas.