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Pensar y sentir el regreso a la tierra

Por Anny. V, Lilia. P, Radio. M, Erick. H, Karolina. L, Esther. G, Helem. A, Andréa. I. 

Las fronteras han sido impuestas, los pueblos volvemos a la tierra desde la espiritualidad de las plantas, los animales, trazando caminos ancestrales.

Nuestros caminos, como los de los pueblos, vienen de generaciones atrás. Nosotras somos la continuidad de un hilo de sabidurías que se han tejido en diversos territorios, de la movilidad de nuestros pueblos por la espalda de la tierra.

Es el movimiento el orquestador de la vida. Durante diferentes procesos colectivos por los que hemos pasado y las reflexiones gestadas en ellos, hoy dan como resultado este texto. Partimos de las experiencias personales por las que hemos pensado, visto y recordado.

Los procesos migratorios a los que han sido arrojadas cada una de las generaciones que nos han antecedido, desde esa experiencia reconocemos la migración como un proceso natural, contra la mirada de los Estados que la colocan como un movimiento de tránsito humano no permitido, sino como un movimiento propio de la naturaleza polinizadora a través de la cual es posible toda diversidad que representan los ecosistemas vivos en el mundo. 

Las fronteras son barreras impuestas por los Estados, son herramientas crueles, guiadas por un sistema de supremacía racista que justifica en el “orden” la violencia que ejercen con todo el poder de los Estados.

La migración no parará, pero sí queremos que pare la violencia contra quienes migramos. Colectivamente hemos pensado en la migración y nos preguntamos: ¿qué pasa al volver? Ante el endurecimiento de las políticas migratorias, y el retorno a sus territorios de origen, el primer paso es reconocernos como aves migratorias, que nos une la defensa de la vida ante las maquinarias de muerte, destrucción y fronteras.

Cuando los medios de comunicación nombran la migración, lo hacen desde una lógica unidireccional del Norte Global: en las restricciones y la supuesta violación a ellas, en las formas violentas de separación desde espacios para encarcelar a migrantes, violando sus derechos humanos, quienes migran para procurar una mejor vida para sus familias a pesar de la violencia. Estas formas de actuación, también parten de una lógica individualista en nombre del desarrollo: buscar eso que dice el capitalismo que son mejores condiciones de vida, aunque no se sabe si el dinero garantizará lo que promete.

Entonces, ¿desde qué momento hemos permitido que las vidas de los hermanos que migran se conviertan en una forma de legitimación política y tokenismo? Los Estados Nación ¿por qué permiten su estancia mientras sean el sostén económico de países corruptos? pero cuando son considerados un estorbo, hacen lo imposible para hacerlos regresar, se vuelve una cacería, con la bandera de “quienes migran son una amenaza” aun sabiendo la aportación de trabajo, riqueza y diversidad que dejan en sus países, les pintan como receptores de políticas, pero sin reconocimiento y derechos.

Desde Volver a la Tierra alzamos la voz y nombramos con fuerza que quienes migran son la alternativa viva a la crisis climática.  

Voz Maya Kíche

Q’axanem Uq’axexik

“Are ri mnaq che ki e’ chipam inq’ajchek taq tinamit ki binuwre cheinkotchik ri mnac chipan la tinamit Paxil Kayala”. Los movimientos migratorios hacen que se vacíen nuestros territorios.

Guatemala atraviesa una crisis política sostenida. Ante los momentos coyunturales ha sido posible ver cómo el “pacto de las élites”, más “el pacto de corruptos” se movilizan para asegurar a toda costa el mantenimiento de sus privilegios. En conjunto con los actores internacionales, nunca nos han dejado de ver como una gran finca, una república bananera, y en estos escenarios no hay posibilidad para los cambios estructurales necesarios.

Los pueblos originarios y campesinos se han sostenido frente a esos escenarios adversos, gracias a la resistencia de las formas de organización social, política y económica, pero en estos tiempos es cada vez más complejo porque las fuentes de generación de empleo de subsistencia, la crisis climática, la cementación de la tierra, el desalojo forzado, el exilio forzado y los proyectos extractivos de recursos naturales, han hecho aumentar los movimientos migratorios, vaciar los territorios, fugar saberes y conocimientos, fragmentando el tejido social.

Vemos con mucha preocupación el silencio de la partida y la vergüenza del retorno. Nos preocupa que el saber ancestral que llevan, sea borrado de su memoria por los procesos educativos de cánones individualistas, lejos del paradigma del buen vivir y el vivir bien, sumado a los procesos civilizatorios agresivos a los que se enfrentan que borran su identidad, y al retornar, en nombre del desarrollo, destruyen sin querer la riqueza científica de sus pueblos, comunidades y caseríos.

Volver no debe ser una vergüenza y tampoco una amenaza, por eso, desde la espiritualidad, les invitamos a no olvidar, pedir permiso a la tierra ante la partida, y pedir para que su retorno sea sinónimo de alegría, siembra y cosecha para su vida, la de sus familias y comunidades. 

¡Agrietémos juntos las fronteras impuestas y andémos los caminos ancestrales!

Caminos Ancestrales es una acción colectiva gestada durante el proceso de Territorios en Transición [Territories of Transition 2023] por Culture Hack Labs.

Voz Ayuujk

“Näjxk tëjkëk” es un término en Ayuujk que puede describir el andar, camino y entrar, como un ciclo, andar y entrar de nuevo a la casa, andar y entrar al pueblo, andar y entrar a lo que se quiere. igrar es näjxk tëjkëk, porque se anda en busca del ingreso económico a “mejores condiciones de vida”.

La memoria colectiva de los pueblos nos refiere que siempre hemos sido migrantes en lo local, nacional o hacia otros países. “Mi abuelo, por ejemplo, caminó días a pie para llegar a la ciudad de Oaxaca, luego tomó el tren para Chiapas, y de ahí se dirigía al santuario de Cristo negro en Guatemala, nunca lo detuvieron en el tránsito”.

“Otros abuelos me contaron que en los años 40’s vinieron unas personas al pueblo para llevarse trabajadores al gringo, no les pidieron papeles, les prometieron dinero verde y trabajo seguro, de ahí empieza la promesa, en ese entonces, los gringos necesitaban mano de obra para recuperar su economía”. Años más tarde, las personas migrantes empezaron a sufrir la frontera impuesta, esa condena por viajar en territorios ancestrales que antes no pertenecían a los llegados a estas tierras.

Ahora la migración es una política nacional e internacional que limita, condena, violenta, persigue y deporta a quienes se atreven a buscar el sueño que un día ofrecieron, mientras siguen buscando fuerza de trabajo, sumado a que ahora también, se llevan nuestros recursos y aniquilan a quienes los habitan. 

Voz Caribeña

El Caribe nació con la migración, nuestros primeros inmigrantes fueron secuestrados y traídos desde África bajo condiciones de esclavitud. La migración es intrínseca al Caribe porque nuestra población originaria fue exterminada por la colonización. Con la esclavitud nació el capital y el proyecto civilizatorio. Los migrantes con su trabajo forzado ayudaron a construir las riquezas y el conocimiento del que hoy presume occidente, al que sus descendientes no pueden ingresar.

La democracia liberal no modificó las condiciones de esclavitud de los pueblos que heredaron la carga colonial, al contrario, siguen latentes. Los dominicanos que mueren en alta mar rumbo a Puerto Rico no son distintos a los haitianos que emigran para vivir. Existimos porque migramos. Migrar es resistencia anticolonial.

Algunas reflexiones.

Quienes migran dejan la tierra donde vivieron y yacen sus ancestros y ancestras, dónde sembraron y cosecharon sustento, donde cuidaron sus animales. Al partir también dejan una parte de la vida. Los Estados Nación inventaron fronteras que parcelan la tierra y limitan el caminar. El capitalismo ha devaluado el trabajo con la tierra y el valor de las cosechas, provocando crisis y empobreciendo a los pueblos. Las crisis en los territorios nos  obligan a moverse para buscarse la vida.

Que la memoria no olvide que, cuando se migra, también se lleva a los pueblos saberes, prácticas, espiritualidad, esencias para polinizar nuevos territorios. Migrar como parte de un movimiento natural de la vida y también como parte de una larga resistencia ante la muerte impuesta hacia los pueblos, nuestros pueblos.

Este mapa es un recordatorio de que, en cada territorio, existen guardianes y energías ancestrales y espirituales que nos acompañan, guían y protegen. Cada punto de este mapa es un lugar que abraza, cura y da fuerza.

¡Agrietémos juntos las fronteras impuestas y andémos los caminos ancestrales!

Caminos Ancestrales es una acción colectiva gestada durante el proceso de Territorios en Transición  [Territories of Transition 2023] por Culture Hack Labs.

Autoras:

  •       Anny Gabriela Ventura Puac

Maya-K’iché, Chichicastenango, Guatemala. Ajquij, politóloga, Curadora de Espacio/C

  •       Lilia Héber Pérez Díaz

Ayuujk de Tlahuitoltepec, Oaxaca. Activista y defensora del territorio, comunicadora comunitaria. Integrante de la Organización de Mujeres Poj Kaa. 

  •       Erandi Medina Huerta

P’urhépecha, Paracho, Michoacán. Activista, investigadora, defensora del territorio. Integrante de la colectiva Emenda Tiempo de Lluvias y la Red Futuros Indígenas.

  •       Ericka Hernández

Nahua, Cuentepec, Temixco, Morelos. Activista en la defensa de los derechos humanos y colectivos. Cofundadora del colectivo Cuentepec Tosepan.

  •       Karolina Lorenzo Cruz

Nahua de Tlaola, Tlaola Puebla. Integrante de Timo’Patla Intercultural y de la Red Slow Food Pueblos Indígenas.

  •       Esther N Giron Flete

Valle de Bonao, Cordillera Central, Sierra de Yamasá, isla de Ayití, Caribe. Política antirracista, tejedora comunitaria, defensora del territorio, co-fundadora de Aquelarre RD y Creadora de Casa Cultural La Cimarrona.

  •       Helem Andrade Bravo

Afroindígena, Cuenca de Papaloapan, Oaxaca, Veracruz. Artista, música, fisioterapeuta. Integrante de la red Futuros Indígenas y Milpamérica.

  •       Andrea Ixchiú Hernández

Maya-K’iche’, Totonicapán, Guatemala. Defensora de Derechos Humanos, comunicadora comunitaria, documentadora y coordinadora de Hackeo Cultural.