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Ejercer una ciudadanía responsable

Samuel Alvarez Morales

La semana previa a las elecciones la encuesta de Prensa Libre señalaba que, Sandra Torres de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) pasaría a segunda vuelta y la ciudadanía estaba expectante de quien la acompañaría. Cualquiera hubiera pensado que sería Edmond Mulet o quizá la misma Zury Ríos, sin embargo, fue Bernardo Arévalo, de Movimiento Semilla quien dio la sorpresa.

Este resultado inesperado se puede explicar cuando analizamos los errores cometidos por Manuel Villacorta, la no participación de varios candidatos, la evidente manipulación del proceso electoral, pero fundamentalmente el rechazo al establishment por parte de la ciudadanía, esto hizo que el candidato con una de las campañas más austeras diera la sorpresa.

El 25 junio las y los guatemaltecos acudimos a las urnas para decidir el futuro del país. Un país de débil institucionalidad, donde los últimos gobiernos han atentado contra la república y sus instituciones.

Durante los meses previos a los comicios electorales, se evidenció la manipulación del proceso, a través del actuar de los Magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que violentaron la Constitución Política de la República al permitir que Zury Ríos presidenciable del partido Valor y Romeo García candidato a vicepresidente del partido UNE participaran. Ambos con prohibiciones taxativas para participar, pues, la primera es hija de Ríos Montt autor de un golpe de estado y el segundo, hasta un día antes de su inscripción, era ministro religioso. 

La manipulación del proceso electoral no terminó ahí, también vimos cómo permitieron participar a decenas de candidatos a diputados para el Congreso de la República y alcaldes señalados de narcotráfico y otros delitos. Aunado a lo anterior el TSE decidió dejar fuera de la contienda a tres candidatos a la presidencia que figuraban estar dentro de los primeros cinco lugares, Thelma Cabrera del MLP, Roberto Arzú de Podemos y Carlos Pineda de Prosperidad Ciudadana.

Aunque es evidente que la cultura política de Guatemala está cambiando no podemos olvidar que el verdadero ganador de estas elecciones fue el voto nulo, con un 17.39% una evidente señal de desconfianza y descontento hacia la clase política tradicional. 

Este no es un dato que debemos pasar por alto, por el contrario, tanto las autoridades guatemaltecas como los propios partidos políticos deben observar y velar por propiciar los cambios necesarios para generar condiciones que permitan vivir en Democracia, con gobernantes que representen a su población y no con gobernantes impuestos por grupos de poder que se reúnen fuera del país a negociar el futuro.

Sin temor a equivocarme, miles de guatemaltecos estarán esperanzados en que la posible llegada de alguien como Bernardo Arévalo a la presidencia significa el fin de una era de gobiernos conservadores que han limitado varias de las libertades fundamentales, sin embargo, no debemos olvidar que el verdadero poder está en el Congreso de la República.

Un congreso que en las últimas legislaturas se ha dedicado a aprobar normas que contravienen Derechos Humanos y fomentan la impunidad, préstamos que propician la corrupción y se ha excusado de su obligación de elegir Corte Suprema de Justicia y Salas de Apelación.

El reto de construir el país que merecemos es grande y cuatro años no son suficientes para implementar los cambios necesarios para garantizar el desarrollo integral de la población. Ya sea que gane Sandra Torres o Bernardo Arévalo, el ganador tendrá una difícil tarea.

En cuanto a las elecciones a corporación municipal de Quetzaltenango los ciudadanos decidieron que el actual Alcalde, Juan Fernando López, lograra su reelección, un resultado que se esperaba, no por el buen trabajo de la corporación municipal, sino porque en realidad tuvieron la fortuna de ejecutar los proyectos de arrastre de dos corporaciones anteriores.  A pesar de su reelección, el concejo contará con algunos concejales de oposición que pese a su poca experiencia en administración pública dan esperanza a los ciudadanos de no tener un concejo autoritario que privilegie intereses particulares, pues, el comité cívico que los impulsó había trabajado durante años como una plataforma social bien vista por la ciudadanía.

Quetzaltenango es una ciudad importante en la economía de Guatemala, pero los retos a los que se enfrenta requieren de un concejo con visión y capacidad, condiciones difíciles de encontrar considerando la forma en que se integrará a partir del próximo año.

Independientemente de quien haya ganado la corporación municipal o quien gane la presidencia, es deber de los ciudadanos, seguir articulándose para fiscalizar la administración pública y exigir a sus autoridades que trabajen con transparencia en beneficio de la vida digna, la libertad, la propiedad privada, la economía del país y sus ciudadanos, porque no todo es responsabilidad del Estado.

Samuel Alvarez Morales. Analista político, integrante de Visión Legislativa y fundador de Voluntarios por Xela.