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Miscelánea de lucha y resistencia

POR LISSETH SANTOS

La lucha y resistencia de los pueblos originarios es milenaria y se renueva cuando se inicia un levantamiento histórico liderado por la Junta Directiva de 48 Cantones de Totonicapán, Alcaldía indígena de Sololá, Alcaldía Indígena de Nebaj, el Parlamento Xinka, y las comunidades indígenas de Chichicastenango que dieron origen a un Paro Nacional Indefinido para exigir la renuncia de funcionarios públicos como la Fiscal General Consuelo Porras, los fiscales Rafael Curruchiche y Cinthia Monterroso, así como la del juez Freddy Orellana.

Quienes en el ejercicio de sus funciones han realizado acciones ilegales que atentan contra la democracia, al tratar de vulnerar el proceso electoral, por lo que, de manera enérgica, se les exige su RENUNCIA.

La unidad en la diversidad se construye en la realidad en el tejido social y coordinación entre organizaciones de diversos actores sociales, como lideresas y líderes comunitarios, campesinas, campesinos, tejedoras, niñez, adolescencia, juventud, adultos mayores, iglesias, estudiantes, docentes de la universidad pública y privadas que se unen de manera creativa a las manifestaciones pacíficas, haciendo efectivo su derecho de reunión y manifestación en el artículo  33 y Derecho de libre expresión regulado en el artículo 35 de la Constitución Política de la República de Guatemala.

 Desigualdad histórica

En un territorio con resabios coloniales, con esencia de discriminación y racismo, emanado y concentrado en pocas familias que ostentan el poder y de esta forma han maquinado las maneras de crear instituciones y colocar a funcionarios públicos afines a intereses particulares y mezquinos, que contravienen al bienestar del pueblo; un pueblo que históricamente ha sido empobrecido y arrinconado en la miseria, analfabetismo, desnutrición, desempleo, migración irregular, inseguridad, violencia física, psicológica, sexual, patrimonial, falta de servicios básicos, entre otros muchos problemas sociales.

Lo anterior se concatena con un sistema falaz político-partidista porque tiene una vinculación con el narcotráfico y el financiamiento de familias oligarcas, monopólicas y oligopólicas que les permite comprar a personas “títeres” que hacen lo que les piden, aunque las órdenes estén fuera del margen de la ley.

Las leyes sólo están en papel, porque no se cumplen, pero eso sí, se aplican con toda rigurosidad para la población con el afán de reprimir sus voces y causar terrorismo e infundir miedo para debilitar movimientos sociales que denuncian, resisten y expresan sus inconformidades con el actuar del gobierno, dicho gobierno lo único que hace es servirse del sudor del pueblo que trabaja de sol a sol, para pagar todos los días, los impuestos que se convierten en onerosos salarios y bonos de funcionarios mediocres, corruptos e ineficientes.

 Poder y despojo

“La oligarquía es definida por Marta Elena Casaus Arzú, reconocida socióloga, historiadora y catedrática guatemalteca, como las redes de familias que, en Guatemala, tienen el poder de los medios de producción y han conservado el poder político desde 1531 hasta la fecha, aunque aclara que en ocasiones delegaron parte de tal poder a la Iglesia, a los militares o a los políticos, pero casi siempre lo retuvo, a través de controlar el Ayuntamiento, en la época colonial, o el Gobierno, en la época contemporánea”, cita el académico Guillermo Díaz Castellanos en su texto Oligarquía y élite económica: Un análisis de redes sociales, en el 2018.

La realidad actual es el fruto de una construcción histórica de saqueo a través de familias aprovechadas que se han enquistado en el poder y que sus vínculos se han fortalecido a través de la corrupción sistemática y de evasión de impuestos sin escrúpulos y sin nadie que les jale la rienda, pues quienes operan las instituciones administrativas y de justicia, son personas afines que colaboran como peones.

La miscelánea de lucha y resistencia se condensa en la creatividad de manifestación pacífica, cantando, bailando y gritando consignas con la esperanza de crear un giro a favor de la población, dejando a su paso una enseñanza para que niñez y adolescencia aprenda la forma de luchar, resistir y jamás desistir. “NI UN PASO ATRÁS” se escucha en los espacios públicos de manifestación pacífica, luego de 20 días de lucha.

“Que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos ni uno ni dos, sino todos” Pop Vuh.

Lisseth Santos, mujer comprometida con la transformación social para un mundo mejor para todas y todos, de profesión: Trabajadora Social, con estudios en antropología social, egresada del Centro Universitario de Occidente.