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¿Por qué las marchas LGTBQ son importantes contra las leyes anti derechos?

Por: Juan Ramón López

Este 2019 se cumplen 9 años desde que un grupo de chicos y chicas comenzamos a trabajar para que las próximas generaciones de la comunidad LGTB puedan gozar de una vida libre de prejuicios, estigma y discriminación, y se pueda poner fin a la violación de nuestros derechos. A pesar de que muchos de nosotros hemos pasado por un doloroso proceso de rechazo, tenemos la esperanza -aunque parezca un sueño inalcanzable- de un mejor futuro para que las personas sexualmente diversas puedan vivir en una sociedad incluyente y tolerante, y en donde sin miedo y con mucho orgullo puedan demostrar quienes son realmente. Hace 9 años, iniciamos la Marcha del Orgullo Gay en Quetzaltenango.

Muchos se han preguntado cuál es el porqué de esta marcha y por qué necesitamos salir a las calles. Ésta, es una manifestación pro derechos humanos, que no pide privilegios, que sólo pide respeto, ya que, al dar a conocer nuestra orientación sexual nos convertimos frecuentemente en un tema polémico, manifestándose hacia nosotros opiniones y actitudes negativas a raíz de aspectos culturales, sociales y religiosos de la sociedad. Para la mayoría, nuestra lucha es incomprensible porque nuestra preferencia sexual o nuestra identidad no se suscribe a los roles tradicionales dictados por la sociedad heterosexual y patriarcal.

Durante el desfile gay en Quetzaltenango, 2019.

Nosotros, salimos a las calles porque a raíz de la poca importancia e información que existe acerca de la diversidad sexual, se ha especulado y desinformado sobre nosotros, tanto en Guatemala como en Quetzaltenango, que es conocida por muchas cosas buenas, pero también por ser una sociedad conservadora. Durante estos años, hemos venido luchando para visibilizar a la comunidad LGTB de Quetzaltenango y para darle a conocer a la sociedad que también somos parte de ella.

Después de todo este tiempo, seguimos y seguiremos con la marcha, porque a pesar de que estamos siendo más visibilizados, la situación actual sobre reportes de agresiones verbales y físicas, amenazas, criminalización, desprestigio, odio, e inclusive asesinatos, no ha cedido ni cambiado. Los marcos legales que nos amparan no son suficientes y/o planean modificarse para justificar agresiones. Leyes como la iniciativa 5272 denominada: «Ley de protección a la vida y a la familia» establece: Se prohíbe a las entidades educativas públicas y privadas, promover en la niñez y la adolescencia, políticas o programas relativos a la diversidad sexual y la ideología de género o enseñar como normales las conductos sexuales distintas a la heterosexualidad o que sean incompatibles con los aspectos biológicos y genéticos del ser humano».

La iniciativa agrega en otro de sus apartados: «La institución del matrimonio es entre un hombre y una mujer», rechazando así cualquier unión de dos personas del mismo sexo. Es urgente seguir presionando y manifestándonos porque de ser aprobadas esta iniciativa, la situación para la comunidad LGTBQ lejos de mejorar, empeorará porque se brindará la apertura para que agresiones de todo tipo se normalicen y sean más difíciles de penalizar. Necesitamos concientizar sobre los Derechos Humanos a aquellas personas con ideologías conservadoras e intolerantes, pero también a la gente sexualmente diversa, quienes, ya sea que formen o no parte de nuestros movimientos, necesitan conocer sus derechos y empoderarse de ellos.

Salir a caminar con una bandera arcoíris no es una decisión fácil, sobre todo en nuestro país, en donde no existimos para nuestras autoridades, y no contamos con respaldo real de ninguna institución pública ante un hecho de violencia. A pesar de ello, ya han pasado 9 años en donde franca y abiertamente hemos caminado entre amigos, colegas, colores y reinas de belleza, exigiendo a todo pulmón que ya no queremos vivir con miedo y en el anonimato.

Muchos estarán en contra de lo que decimos, pensamos y hacemos, pero nuestra marcha, es una de las más grandes formas de dar esperanza a toda la comunidad sexualmente diversa que vive con temor y opresión. Escoger el camino de la heterosexualidad y de los géneros binarios sería más fácil y nos evitaría muchos problemas; pero queremos ser nosotros y no queremos fingir quienes no somos… ¡queremos vivir en paz y con libertad!