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Obesidad, una enfermedad que debe prevenirse

Por María Recinos

En Guatemala la obesidad es un problema de salud pública que se ha incrementado en los últimos años. De acuerdo con el Programa Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas, actualmente cerca del 40% de los niños mayores de 5 años y los adolescentes padecen de esta enfermedad. En los adultos el problema es mayor alcanzando el 70% (33% obesos y 37% sobrepeso), como consecuencia de un estilo de vida no saludable, una alimentación con exceso de calorías (azúcares, grasas animales, grasas trans) y con reducción de nutrientes saludables como las frutas y verduras; a lo cual se agrega la falta de actividad física y ejercicio, lo cual se ha agravado por el confinamiento en tiempos de pandemia.

Cuidar la alimentación parece difícil para muchos, sobre todo para aquellas personas que no padecen de ninguna enfermedad evidente y están convencidos que todo está bien con su cuerpo. Los hábitos saludables de vida son difíciles de mantener, aun cuando esto reduce las posibilidades de contraer enfermedades crónicas no transmisibles (diabetes, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, accidentes cerebrovasculares, y presión arterial alta) a causa de la obesidad. Las personas que sufren obesidad también tienen más probabilidades de sufrir problemas psicológicos como baja autoestima; generando sentimientos de vergüenza, culpa y falta de confianza en sí mismos.

La disminución de riesgos de este padecimiento es posible. En Guatemala, existe una guía dietética conocida como “La olla de Guatemala” la cual tiene dos objetivos: ayudar a prevenir enfermedades crónicas y evitar las carencias nutritivas. La olla de alimentación guatemalteca se adapta a las necesidades especiales del país y en su guía de alimentación dan a conocer las siguientes recomendaciones para llevar una buena alimentación:  

  • Coma variado cada día, porque es más sano y económico
  • Coma todos los días hierbas, verduras y frutas, porque tienen muchas vitaminas. Coma diariamente tortillas y frijoles, por cada tortilla sirva dos cucharadas de frijol, porque trae cuenta, llena más y alimenta mejor.
  • Coma tres veces por semana o más: huevos, queso, leche o incaparina que son especiales para el crecimiento en la niñez y la salud de toda la familia.
  • Coma al menos dos veces por semana o más, un trozo de carne, pollo, hígado o pescado para evitar anemia y desnutrición.
  • Coma diferentes semillas, como manías, habas, semillas de marañón, ajonjolí porque brindan sensación de llenura y evitan que coma comida chatarra.
  • Coma menos margarina, manteca, harinas refinadas, frituras, lácteos procesados y embutidos para cuidar su corazón y bolsillo.
  • Prepare las comidas con poca sal para evitar enfermedades. Consuma la menor cantidad de azúcar pues ésta se encuentra de forma natural en varios alimentos.
  • Haga ejercicio todos los días o camine media hora o más a paso rápido para ejercitar su corazón y otras áreas del cuerpo. 
  •   Evite tomar licor en exceso, sobre todo con el estómago vacío. 

Es esencial que la población considere los riesgos de la obesidad a largo plazo, que van más allá de “razones estéticas”. Es necesario que las entidades correspondientes de salud y nutrición en Guatemala sigan fortaleciendo la educación alimentaria, conjuntamente con hospitales y centros de salud para que se promueva la alimentación saludable, así como la lactancia materna, ya que incluso desde la niñez se introduce comida procesada en la alimentación.

Así mismo, para mejorar la alimentación desde el entorno familiar y escolar, es importante trabajar de la mano con la junta directiva de padres de familia en las escuelas (se recomienda controlar las tiendas escolares para evitar el sobre consumo de comida chatarra) y seguir exigiendo el Programa de Alimentación Escolar a cargo del Ministerio de Educación

También se deben promover las actividades físicas en la escuela y la comunidad, así como a nivel familiar e individual. Por último, las organizaciones no lucrativas que trabajan con ejes de seguridad alimentaria deben continuar promoviendo huertos para mejorar la nutrición y la resiliencia alimentaria para que la población cambie su estilo de vida y así evitar la obesidad.